jueves, 26 de junio de 2008

Tercer Itinerario de lectura: El lector ideal

En el enlace que dejo en esta entrada vas a poder ver el borrador de la actividad que empezaremos a trabajar a partir de la próxima semana. Se trata de una webquest
Ingresá AQUÍ y enterate cuáles son los títulos que ya podés empezar a leer (la lista va a crecer...no te preocupes, también espero sugerencias...).

sábado, 21 de junio de 2008

La imagen del escritor: el caso de Roberto Arlt


¿Cómo es posible, en el "mundo de las letras", hacerse de un nombre? Eso se pregunta Arlt mientras desde la redacción del diario El Mundo juega a ser periodista.Roberto Arlt escribe desde los márgenes, escribe "mal" -eso dicen sus críticos-. Pero escribe desgarrando con su mensaje: hiere con su palabra que por momentos es resentimiento y bronca; y en otros, es arma para la lucha y grito.Arlt es un escritor fracasado, es el desconocido detrás de sus Aguafuertes, es el hijo de inmigrantes, el que hace política con la literatura; el que le cuesta escribir; el inventor sin éxito; el joven olvidado.


En sus Aguafuertes, simples pero cotidianas, instaló un espacio de discusión en una época en que "discutir" era un derecho de una elite de intelectuales: Florida y Boedo, quién es quién en la Historia de la Literatura Argentina. ¿Desde qué lugar escribe Arlt? ¿quién lee sus obras?

Aguafuertes porteñas (1933)

Con este título están recogidas y publicadas algunas de las crónicas escritas por Roberto Arlt para el diario El Mundo entre el 1928 y el 1933.
En ellas se mezcla el género periodístico y el folletín, recogiendo lo descriptivo de uno y la concreción del otro.
En los Aguafuertes, encontramos al mismo autor inconformista que se reflejaba en sus novelas, aunque con un ánimo más optimista, educativo, moralista:«Personas que me conocen poco dicen que soy un cínico; en verdad, soy un hombre tímido y tranquilo, que en vez de atenerse a las apariencias busca la verdad» (Soliloquio del solterón).
No por ello se distingue una mayor confianza en la sociedad ni especial aprecio por la bondad humana. El uso de temas populares, el alejamiento del trascendentalismo y la metafísica imperante en sus novelas junto al distinto uso que hace del humor y la ironía, son los fundamentos donde se ampara el éxito de los artículos de Arlt.


Y que los eunucos bufen. Por Roberto Arlt:
Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana. Digo esto para estimular a los principiantes en la vocación, a quienes siempre les interesa el procedimiento técnico del novelista. Cuando se tiene qué decir, se escribe en cualquier parte. Sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal. Dios o el Diablo están junto a uno dictándole inefables palabras.Orgullosamente afirmo que escribir, para mí, constituye un lujo. No dispongo, como otros escritores, de rentas, tiempo o sedantes empleos nacionales. Ganarse la vida escribiendo es penoso y rudo. Máxime si cuando se trabaja se piensa que existe gente a quien la preocupación de buscarse distracciones le produce surmenage.Pasando a otra cosa: se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de sus familias. Para hacer estilo, son necesarias comodidades, rentas, vida holgada. Pero por lo general, la gente que disfruta de tales beneficios se evita siempre la molestia de la literatura. O la encara como un excelente procedimiento para singularizarse en salones de sociedad. (...)El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad, libros que encierren la violencia de un “cross” a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y “que los enucos bufen”.El porvenir es triunfalmente nuestro.Nos lo hemos ganado con sudor de tinta y rechinar de dientes, frente a la “Underwood”, que golpeamos con manos fatigadas, hora tras hora. a veces se le caía a uno la cabeza de fatiga, pero... Mientras escribo estas líneas pienso en mi próxima novela. Se titulará El amor brujo. Y que el futuro diga.

Aspiro a ser diputado, Roberto Arlt:
SEÑORES, aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a 'acomodarme' mejor. Mi finalidad no es salvar al país de la ruina en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches sinvergüenzas; no señores, no es ese mi elemental propósito, sino que, íntima y ardorosamente, deseo contribuir al saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que ustedes tienen que comprender es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo hombre que se presenta a candidato a diputado. Robar no es fácil, señores. Para robar se necesita determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo, se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden señores. En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores. Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino "evolutivamente". Me permito el lujo de inventar el término que será un sustitutivo de traición, sobre todo necesario en estos tiempos en que vender el país al mejor postor es un trabajo arduo e ímprobo, porque tengo entendido, caballeros, que nuestra posición, es decir, la posición del país no encuentra postor ni por un plato de lentejas, créanlo..., prefiero ser honrado. Abarquen la magnitud de mi sacrificio y se darán cuenta de que soy un perfecto candidato a diputado. Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes quién es el desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar. Si ese hombre honrado existe, yo me dejo crucificar. Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar. Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida. Ustedes saben que las arcas del Estado están enjutas, es decir, que no tienen un mal cobre para satisfacer la deuda externa; pues bien, yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco boliviano, y no sólo traficaré al Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios; adquiriré armas inofensivas para el Estado, lo cual es un medio más eficaz de evitar la guerra que teniendo armas de ofensiva efectiva, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines... ¡Lo que no robaré yo, señores! ¿Qué es lo que no robaré?, díganme ustedes. Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no sea capaz de robar, renuncio ipso facto a mi candidatura... Piénsenlo aunque sea un minuto, señores ciudadanos. Piénsenlo. Yo he robado. Soy un ladrón. y si ustedes no creen en mi palabra, vayan al Departamento de Policía y consulten mi prontuario. Verán que performance tengo. He sido detenido en averiguación de antecedentes como treinta veces; por portación de armas -que no tenía- otras tantas, luego me regeneré y desempeñé la tarea de grupí, rematador falluto, corredor, peguero, extorsionista, encubridor, agente de investigaciones, ayudante de peguero porque me exoneraron de investigaciones; fui luego agente judicial, presidente de comité parroquial, convencional, he vendido quinielas, he sido, a veces, padre de pobre y madre de huérfanas, tuve comercio y quebré, fui acusado de incendio intencional de otro bolichito que tuve... Señores, si no me creen, vayan al Departamento... verán ustedes que yo soy el único entre todos esos hipócritas que quieren salvar al país, absolutamente el único que puede rematar la última pulgada de tierra argentina... Incluso, me propongo vender el Congreso e instalar un conventillo o casa de departamentos en el Palacio de Justicia, porque si yo ando en libertad es que no hay justicia, señores..." Con este discurso, lo matan o lo eligen presidente de la República.

Más Aguafuertes porteñas AQUÍ

ARLT- BORGES- PIGLIA por Bárbara Schuchard

La discutida pregunta de si Borges y Arlt se habían conocido, leído, comentado parece solucionada. En cuanto a Piglia en su relación con Arlt, a sus homenajes y sus comentarios críticos, está por parecer una contribución sobre el tema. Resumiendo todos los datos consta lo siguiente: Arlt y Borges se conocieron y se comentaron recíprocamente.
De parte de Arlt puede leerse un reportaje de 1929 en el que habla, entre otros autores, de Borges; por otro lado Arlt no pudo conocer la importante creación borgeana posterior a 1942.
Borges, sin embargo, quedó muy impresionado por El juguete rabioso de Arlt que estima superior a todo lo que escribió Horacio Quiroga y que homenajeó posteriormente en su cuento El indigno. El paralelo entre las dos obras lo descubrió Piglia, él mismo ya especialista en homenajes a Roberto Arlt: «¿Y qué es ese cuento si no un homenaje de Borges al único escritor contemporáneo que siente a la par?».La novela de Piglia rebosa teoría y discusiones literarias; una de ellas trata de lo argentino en la historia literaria del país centrándose en la importancia de Arlt, «el único escritor verdaderamente moderno que produjo la literatura argentina del siglo XX».
Demuestra Piglia que el reproche que se ha hecho a Arlt desde un principio, a saber el de escribir mal, falta en absoluto de perspicacia histórica como teórica: porque Arlt había percibido que la lengua nacional era «el lugar donde conviven y se enfrentan distintos lenguajes, con sus registros y sus tonos», porque él trabajaba y transformaba este conglomerado.
Lo moderno en Arlt reside para Piglia en ese distanciamiento de todo lo que significaba en la literatura argentina la idea de estilo.
Esta idea aparece cuando la literatura consigue su autonomía, cuando comienza a «ser juzgada a partir de valores específicos [...] puramente literarios y no, como sucedía en el XIX, por sus valores políticos o sociales». Según Piglia esta idea de la autonomía y la correlativa noción de estilo nace en la Argentina «como reacción frente al impacto de la inmigración» que, para las clases dominantes, «destruye nuestra identidad nacional, nuestros valores tradicionales, etc., etc.».
A partir de este momento la función ideológica de la literatura será la de «preservar la pureza de la lengua nacional frente a la mezcla, el entrevero, la disgregación producida por los inmigrantes». Así se explica el papel decisivo que tuvo Leopoldo Lugones como poeta nacional que define el estilo literario argentino; de manera que también para Borges escribir bien quería decir escribir como Lugones. Arlt, el hijo de inmigrantes, ha trabajado en un sentido absolutamente opuesto y ganado su lugar de moderno, como Borges el suyo de escritor del XIX.
Queda sobreentendido que esta mezcla y disgregación no tocan sólo a la lengua, modelan todo lo que ella acarrea: la heterogeneidad del mundo ficticio de la novela por un lado, y de la conciencia subjetiva de sus protagonistas por otro.

Espacio urbano y Literatura: cuando la literatura logra su autonomía

Hemos visto que en nuestro país hablar de Literatura en el siglo XIX era de alguna manera, hablar también de política.
A comienzos del siglo XX, se producen transformaciones políticas y económicas que general en el país un proceso de modernización con respecto a su pasado próximo. Todos estos cambios modificaron la actitud de los escritores. Éstos ya no escribirán para defender ideas políticas, sino que lo harán para el mercado. El escritor comienza a ser editado y sus textos empiezan a ocupar un lugar en el mercado de bienes simbólicos donde los libros serán valorados ya no por su valor económico sino por la crítica y el público lector del momento. Este proceso de transformación se conoce como autonomía de la literatura.
Fuente: Cuadernillo Nº 9. Editorial Longseller. "La construcción del imaginario nacional"(en biblioteca).

miércoles, 18 de junio de 2008

Tiempos modernos: cómo leer a partir del siglo XX

Retrato de la Sra. de Arredondo
Prilidiano Pueyrredón (argentino, 1868)

Galatea de las esferas . Dalí (español 1929)


¿De qué manera, la mirada sobre un cuadro, puede variar nuestra manera de VER ese cuadro (y lo que muestra)? ¿De qué manera, un texto, dirige/manipula -como el cuadro- nuestra forma de leerlo? ¿Por qué es necesario aprender a mirar?

miércoles, 11 de junio de 2008

Empezamos a escribir...

viernes, 6 de junio de 2008

Quinto A, B y C